LA «COTIDIANIDAD» DE NAN GOLDIN

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Son muchas las veces que por medio de un smartphone o una polaroid las personas capturan los mejores momentos de sus vidas, a fin de inmortalizarlos. Con una estética basada en las fotografías instantáneas, Nan Goldin se ha convertido en todo un referente visual para las nuevas generaciones de fotógrafos en el mundo.

El trabajo de esta mujer nacida en Washington y criada en Boston, se ha formado a partir de momentos claves en su vida, la de su familia y la de sus amigos. A muy temprana edad, y como efecto del suicidio de su hermana, Goldin abandonó su hogar en Boston para encontrar una nueva familia compuesta por marginados neoyorquinos. Tan pronto como se mudó a la ciudad que nunca duerme, a mediados de los setentas, la entonces joven fotógrafa empezó a darle una línea más visible a sus fotos; siendo testigo de la consolidación de la escena new-wave post-punk, y de la fuerza que la comunidad LGBT tomaba por ese entonces tras los acontecimientos de Stonewall. En su trabajo se hacía presente una estética algo grunge y un discurso de revolución social. Algunas fotos importantes de esa época reflejan, entre otras, la vida de las drag queens neoyorquinas, hombres transformados en mujeres que abrían la puerta a un tercer género, una opción sexual diferente. Goldin trataba a estas drag queens con respeto y amor, en cada uno de los retratos, las reinas de la noche se veían glorificadas y admiradas por el ojo de la artista.

Ante los intrigados espectadores, las fotografías de Goldin tienen un aire documental al mismo tiempo que son consideras obras de arte caóticas y groseras. Amor, género, identidad y sexualidad; estas son algunas de las narrativas que la fotógrafa usa para enmarcar su trabajo y exponerlo en un ambiente no apto para personas de mente cerrada. Escondido tras estas increíbles fotos, también existía un mundo más oscuro, un universo gobernado por el SIDA y el abuso de drogas, el cual hizo que en los ochentas, Goldin y la ciudad se dieran un tiempo. Goldi ingresó a una clínica de desintoxicación mientras sus mejores amigos morían afuera a causa del SIDA. Este tiempo sirvió más como un proceso artístico, pues fue aquí dónde Goldi generó impactantes imágenes retratando lo peor de la enfermedad que habitaba en sus amigos, y al mismo tiempo se descubría a ella misma en una etapa llena de auto-retratos.

La cotidianidad de una vida no muy común es el gancho que atrapa en cada uno de los retratos de esta gran artista que ha trabajado para grandes publicaciones y ha desarrollado imágenes para campañas publicitarias de marcas como Jimmy Choo, Dior y Bottega Veneta. Entre sus impresionantes trabajos, resaltan algunos libros, presentaciones y exposiciones como The Ballad Of Sexual Dependecy, Sisters, Saints, & Sybils, The Devil’s Playground y Chasing A Ghost, entre muchos otros.

El permitir a personas extrañas ser parte de su vida y el encontrar una fuerte estética a partir de su diario vivir hace de Nan Goldin una de las fotógrafas más populares e importantes de finales del siglo XX, un referente claro para personas que buscan hacer de la fotografía parte de sus vidas al mismo tiempo que plasman plegarias artísticas en cada retrato.!

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