LAS ÚLTIMAS OFICINAS DE RED BULL

Quién no quisiera trabajar en un espacio como este.

De todas las disciplinas de la llamada ‘estética’, la arquitectura es la que más dificultades tiene para desarrollarse, y todo debido a aspectos estrictamente prácticos. Por eso nos alegra saber que Sid Lee arquitecture, el estudio de Montreal que apareció en nuestra edición 13 con el proyecto Bota Bota, vuelve a la escena con las instalaciones para las oficinas de Red Bull en Amsterdam.

El proyecto se basa en explorar dualidades. Los juegos de luz son buscados a través de distintas texturas y superficies que reaccionan de maneras diversas frente a la iluminación. Los cortes geométricos experimentales hacen que este espacio tenga un toque moderno, pero no simplista. El espacio es moldeado a través de cortes inesperados, encontrando volúmenes que son inusuales en la mayoría de espacios de oficina.

En septiembre de 2010, Sid Lee Architecture ganó la convocatoria para desarrollar la sede holandesa de la empresa de bebidas energizantes más famosa del mundo. Red Bull accedió a ubicar las instalaciones en la parte norte del área portuaria de Amsterdam, un lugar en el que se evoca la cultura artística callejera, a la vez que los deportes extremos. La construcción se concluyó en una vieja fábrica de barcos, con vista hacia una grúa que ha sobrevivido el paso del tiempo, y hacia un antiguo submarino ruso en desuso.

“Para diseñar el espacio interior, quisimos rescatar la filosofía de Red Bull, dividiendo los espacios de acuerdo con su uso y su espíritu, para sugerir el concepto de los dos hemisferios del cerebro humano, que son a la vez opuestos y complementarios: razón vs. intuición, arte vs. industria, claro vs. oscuro, el ascenso del ángel vs. la mención de la bestia” afirma Jean Pelland, líder Sid Lee Architecture.