DONDE VIVEN LOS LIBROS

Sobre tres bibliotecas que le han devuelto el papel protagónico a la letra

Los libros nos recuerdan lo idiotas que somos. Muchos pueden dar vueltas por ahí, hablar con otra gente, conocer todas las ciudades del mundo, pero nosotros no tenemos tiempo, dinero o muchos amigos. Las cosas que estás buscando, Montag, están en el mundo, pero la única manera de que un tipo regular las pueda ver sólo puede ser, en un 99%, a través de un libro”.

El fragmento es de Fahrenheit 451, novela que toma su nombre de la temperatura a la que el papel de los libros se enciende y arde, y que da cuenta de la vida de Montag, un bombero cuyo oficio no es apagar incendios, sino provocarlos quemando bibliotecas. Ray Bradbury, autor del libro, aseguraba que las escuelas y los colegios eran para los ricos y que las bibliotecas públicas, en cambio, eran las herramientas de aquellos que no podían acceder al mundo de otra manera.

Internet, World Wide Web, Wikipedia, Kindle… Conocimiento infinito a la vuelta de un clic. El mundo digital coloniza el espacio y lo análogo, el libro y la biblioteca ceden territorio y se vuelven el lugar de los románticos, de aquellos que aún profesan amor por el papel. Antes de que llegue el día en que un libro se considere un arma cargada y las bibliotecas se desvanezcan en el fuego, como lo pronosticó Bradbury, les presentamos tres bibliotecas, en tres puntos distintos del globo, que pretenden devolverle la magia, el misticismo y la belleza al ritual de buscar un libro, tomarlo en las manos, buscar un espacio tranquilo y leerlo en silencio.

LiYuan: Una empalizada que devino en biblioteca

40° 18′ 33″ N, 116° 39′ 5″ E. Huairou, China. Huairou es un pueblito a dos horas de la gran Beijing, una villa a cientos de kilómetros de centros cosmopolitas y avisos publicitarios en donde la tierra y la naturaleza dominan el paisaje. Fue en un bosque a 5 minutos caminando del centro del pueblo donde los arquitectos del colectivo Li Xiaodong Atelier decidieron posar las bases de una construcción que parece haber sido extraída de algún cuento de hadas.

La biblioteca LiYuan es una especie de templo al que sólo asisten aquellos con las más verdaderas intenciones de lectura, aislamiento y conocimiento. La caminata del pueblo a la biblioteca moldea los ánimos de quienes peregrinan a este cubo extraordinario hecho de vidrio del cual el sol y la luz son permanentes visitantes.

El exterior de la biblioteca, recubierto por pedazos de madera, es un gesto que celebra el ánimo perseverante y fuerte de los campesinos de la región, quienes colectan a lo largo del año pedazos de madera para alimentar con ellos las estufas de sus hogares. Dichos palos adheridos a la superficie de vidrio del edificio refuerzan ese sentimiento de refugio y aislamiento que propicia la lectura y a la vez sirven como una especie de filtro que dispersa la luz y la hace llegar a los diferentes estratos y niveles interiores de la biblioteca.

Diné College: La biblioteca de los navajos

En Tsaile, Arizona, se encuentra un institución educativa comunitaria que le presta sus servicios a los hijos de la nación Navajo en los Estados Unidos. Allí, para el regocijo de aquellos pertenecientes a las comunidades indígenas que se extienden por más de 70.000 km2, la firma de arquitectos DLR Group ha creado un biblioteca que a través de la forma de sus muros y salas, cuenta y reafirma la historia y creencias del grupo étnico americano.

La biblioteca del Diné College, fue construidabajo los mismo parámetros de construcción que usan los navajos para poner en pie sus Hogans, casas tradicionales de formas circulares y cónicas. Estas casas, así como el complejo arquitectónico de la biblioteca, son consecuentes con la percepción cíclica que tiene el pueblo navajo de la vida.

La biblioteca cuenta con millones de volúmenes en la lengua nativa de la comunidad, así como en inglés. Además, tiene un espacio destinado a la lectura llamado el Cuarto de las historias. En él se levanta, del suelo al cielo, una especie de espiral ascendente azul que simboliza las plegarias elevadas por los navajos a sus dioses.

En el techo, las luces de esta biblioteca nativa cobran las formas de constelaciones que han sido de radical importancia para la tradición oral y escrita de la comunidad durante miles de años.

La biblioteca de Antonio Castro Leal

Castro Leal fue un ilustre personaje de la historia y la producción intelectual en México. Abogado, rector de la Universidad Nacional del país manito y escritor, este hombre acumuló durante su vida una gran cantidad de libros que posteriormente pasarían a conformar el corazón de una colección más grande de volúmenes que hoy en día lleva su nombre.

Para albergar dicha biblioteca, y teniendo en cuenta las formas y condiciones de la librería del ilustre señor en su casa en Coyoacán, el colectivo BGP Arquitectura construyó en la Ciudad de México, un complejo arquitectónico que tiene por dentro el genotipo esa legendaria biblioteca de Babel descrita y traída a la vida por el escritor Jorge Luis Borges.

Las estanterías de madera oscura que se extienden hasta el techo, y que contrastan con la madera blanca y el vidrio de los pisos, delimitan el ritmo y las condiciones de cada uno de los espacios de la biblioteca: recepción, área de trabajo en grupo, área de lectura personal y área de investigación. En esta biblioteca de 300 metros cuadrados ningún libro está relegado al olvido o la sombra, pues cada una de las estanterías cuenta con una luz que ilumina los títulos y los autores de cada uno de los libros que sobre ellas reposan.